Nicolo Filippo Rosso es un fotógrafo italiano instalado en Colombia desde 2016, pero con una décadas de escarceos con el país sudamericano. Su trabajo como reportero gráfico independiente le ha permitido estar cerca a la migración venezolana, cuyo tema es ahora su proyecto personal. Se llama “Exodus”, ya alcanzó el tercer lugar en el prestigioso premio del World Press Photo en la categoría “Contemporánea” y a finales de año lo va a llevar de regreso a Italia para una serie de exhibiciones y conferencias académicas y reflexivas sobre lo que está ocurriendo en esta parte del mundo. Las fotografías de Nicolò sobre la migración venezolana tienen dos características: son a blanco y negro, y su foco está en las personas.
Como todas las fotografías profesionales de este nivel tienen una carga política, pero no se decantan por la rabia y el alegato que podría despertar el tema. Los retratos que hacen parte del proyecto son el producto del cubrimiento periodístico que ha hecho para varios medios de prensa internacionales. “El blanco y negro me permite superar las distracciones que son los detalles que da el color, de esa manera me puede acercar más directa, emotiva y emocionalmente al sentimiento que están viviendo las personas”, explicó Rosso en diálogo con ANSA. Sobre la cercanía agregó que su interés es “hacer que la gente sea la protagonista, tratar de dignificarlos”.
“No busco el drama, busco dignificar a las personas y devolverles un respeto que de pronto las ha faltado en la forma en que se han contado sus historias”, reflexionó el fotógrafo italiano, graduado en Literatura de la Universidad de Torino. Para Nicoló, cuando las fotografías revelan una “interacción muy humana” el “mensaje llega más a fondo en los lectores”, puesto que no observan una “declaración política”, sino “gente bella, dignificada en su poder, a pesar de sus dificultades”. “Esto es lo que nos permite acercarnos más a sus sentimientos y después reflexionar en nuestro día a día lo que significa vivir en esta situación”, apuntó. Tampoco hay arengas, ni discursos que agiten las aguas en las reflexiones de fotógrafo europeo para explicar la razón del desequilibrio informativo entre el impacto generado frente al cubrimiento y tratamiento mediático de los éxodos sirios y africanos respecto del venezolano.
Para Nicolò hay una diferencia sustancia: mientras los sirios y muchos africanos tocan las orillas de Europa en calidad de refugiados que huyen de una guerra, lo que les da un estatus, los venezolanos salen de su país como víctimas de una situación económica y social y son solo migrantes. Bajo esa lógica, no llegan a campos de refugiados, sino que se dispersan por las naciones de Latinoamérica en busca de un lugar donde establecerse; muchos empiezan desde muy abajo, viviendo en sitios sin condiciones dignas y de salubridad, dispuestos a trabajar en lo que sea para sobrevivir. “Otra característica de la migración es que casi no hay xenofobia en Colombia, hay en otros países un poco más, pero aquí se da muy poco y eso es una característica muy importante de esta migración y que también nos permite observarla a través de un mirada solidaria de los colombianos”, agregó.
Sin embargo, todas las migraciones, con o sin estatus, según el italiano, tienen elementos en común: el capitalismo, las guerras, el cambio climático, los conflictos, la carencia de políticas sociales eficaces y el desequilibrio que provoca que solo un puñado de habitantes del mundo sean más ricos que los demás. “Hasta que sigan las guerras, las desigualdades, la corrupción siempre vamos a tener más guerras y migraciones (…) y veo esto como los síntomas y las causas de un mundo destrozado, completamente desequilibrado”, caviló. A finales de este año, Nicolò regresará a su país para una serie de exposiciones e inauguraciones del proyecto “Exodus”. Estará en universidades y colegios de su país para explicar el fenómeno a través de sus fotografías. Sus retratos también hacen parte de las exposiciones itinerantes que se pasean por 54 países junto a los trabajos ganadores del World Press Photo y su siguiente escalón en este proyecto se dirige a retratar la migración bajo la lógica ilógica de la pandemia, con miles volviendo a Venezuela y otro tanto saliendo de allí.